domingo, 23 de diciembre de 2012

Cumplir tu palabra

A medida que pasa el tiempo el valor nato de las palabras que salen de la boca de las personas va careciendo de interés. Cumplir con lo que uno dice supone un gran desafió para muchas personas. No están acostumbrados a concretar cada acción que dicen que van a realizar. Cada vez que un ser humano promete algo y no lo cumple, despierta la incredulidad hacia su persona con respecto a los demás  Una vez que fallemos en el cumplimiento de nuestras palabras, es pasable. Dos veces, deberías empezar a pensarlo un poco. Ya tres veces, seria mejor que callaras. Es una lucha interior. A veces se dicen cosas que fueron movidas por emociones instantáneas. Un caso muy común es cuando uno se encuentra feliz y tiene una sonrisa de oreja a oreja, puede prometer incluso irse caminando desde Argentina a Brasil, no son exageraciones , lo creen y lo confiesan. El problema es cuando se les pasa la felicidad. Todas esa palabras quedaron en el aire. Cualquiera sea la clase de emoción, siempre lleva a un incumplimiento de promesas. Por eso nunca prometas cuando estas demasiado feliz y nunca hables cuando estés demasiado enojado. Tu palabra debe contener mucho valor. La credibilidad del habla de una persona se rige por su constancia en cumplir lo que dice, el famoso predica lo que vives. Si uno quiere tener autoridad debe aprender a cuidar su habla. Siempre es correcto concluir con los dichos de tu boca. Sobre todo al hacerle promesas a Dios, uno debe tener mucho cuidado. Algunas veces la gente toma las promesas con poco interés pero Dios no. La biblia dice en Ecleciastés 5: 4-7 (NTV), "Cuando hagas una promesa a Dios, no tardes en cumplirla, porque a Dios no le agradan los necios. Cumple todas la promesas que le hagas. Es mejor no decir nada que hacer promesas y no cumplirlas. No dejes que tu boca te haga pecar, y  no te defiendas ante el mensajero del templo al decir que la promesa que hiciste fue un error. Esa actitud enojaría a Dios, y quizás destruya todo lo que has logrado. Hablar no cuesta nada... Tú en cambio teme a Dios."
Si has perdido el valor de tu palabra, es hora de recuperarlo. No puedes andar por la vida siendo una persona desvalorizada. Si vas a prometer, promete cosas que estén dentro de tu alcance. Es hora de recobrar la autoridad perdida. Devuelvete a ti mismo la credulidad. Se una persona de confianza. Recuerda que alguien que no cumple sus promesas es una persona que no vale la pena tener como aliado, porque hoy está y mañana quien sabe. 

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