lunes, 4 de enero de 2016

Conquistando el nuevo año

Cada vez que se va un año, recordamos los buenos y los malos momentos. Hacemos un balance y corroboramos que nuestras metas o propósitos para ese año se hayan cumplido. Luego de sacar conclusiones, planeamos nuevas intenciones para el año nuevo, el entrante. Generalmente, las metas más publicadas son las de superarse a uno mismo, podríamos decir metas personales; es bueno tenerlas, nos hacen falta y son casi imprescindible para nuestras vidas.
Pero siempre basamos nuestras metas en el "yo". Lo que yo quiero, lo que yo pienso, lo que yo voy a hacer... ¿alguien preguntó a Dios cuales son sus metas?; ¿alguien le preguntó a Dios si estaba de acuerdo con nuestras metas?; ¿alguien le preguntó a Dios algo?.
Demasiado "yo" produce egoísmo. Siempre solemos escuchar e incluso cantar "que se haga la voluntad de Dios en mi vida", pero muy pocas veces decimos "Señor, yo quiero hacer tu voluntad". Son dos cosas muy diferentes, en una esperamos que se cumplan las cosas sin ningún esfuerzo y en la otra, la palabra trabajo es sinónimo de lo que buscamos. Existen dos posturas: la del caprichoso y la del luchador. ¿Alguien consiguió lo que quería haciendo nada por ello?; y si lo consiguió, ¿cuánta satisfacción le produjo?. Vale la pena luchar por lo que uno desea, ahí es cuando sacrificamos nuestro "yo", cuando dejamos de lado nuestros propósitos y comenzamos a obtener el sabor de victoria en nuestra boca porque no es lo mismo conquistar que ser conquistado.
Al fin y al cabo, no se trata sobre nosotros, se trata sobre Dios. Establezcamos metas con Él, incluso las de superación personal, pero no es igual planearla con el Todopoderoso que hacerlo solo. Si en éste nuevo tiempo, nuestra prioridad es Dios, no hay porque preocuparse. Cuando uno se encarga de los sueños de Dios, Dios se encarga de los nuestros.
Siempre para los comienzos de año me gusta recordar un texto bíblico que dice así:


No quiero decir que ya lo haya conseguido todo, ni que ya sea perfecto; pero sigo adelante con la esperanza de alcanzarlo, puesto que Cristo Jesús me alcanzó primero. Hermanos, no digo que yo mismo ya lo haya alcanzado; lo que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que está delante, para llegar a la meta y ganar el premio celestial que Dios nos llama a recibir por medio de Cristo Jesús. 
Filipenses 3:12-14 (DHH)

Si el año que pasó, no llegamos a cumplir todas nuestras metas, éste año vas a por ellas y por muchas más. Olvidemos nuestros fracasos y nuestros éxitos y extendámonos a llegar al final del año por arriba de nuestros propósitos.  Si, como dice Pablo: llegar a la meta y ganar el premio.
La vida es una carrera que exige resistencia. (Hebreos 12:1), cada año es un nuevo obstáculo por superar. Vendrán temores, inseguridades, problemas pero por sobre todo crecimiento. Si planeamos con Dios planeamos para el éxito pues en Dios haremos proezas, Y él hollará a nuestros enemigos. (Salmos 60:12). Lo interesante aquí es que dice que Dios hollará a nuestros enemigos, en ningún lugar dice que lo haremos nosotros porque no es con ejércitos ni con espada sino con Su Santo Espíritu (Zacarías 4:6). 
Así que avancemos, soñemos en grande, crezcamos pero sobre todo que Dios sea nuestra prioridad. Los sueños de Dios siempre se cumplen, los de los hombres, no siempre. Que en esta etapa de vida nos basemos en este versículo:

Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.
Salmos 37:4 (RVR60)

¡Un momento!, ¿qué es deleitarse?. Bueno según el diccionario deleite significa placer, satisfacción, gozo. La acción es Deleitar, que  significa "agradar. Producir deleite.". En otras palabras agrada a Dios con tus palabras, con tu manera de actuar, producele placer, gozo y satisfacción de haberte creado, alábalo y adóralo, busca su rostro, simplemente amalo y veras su favor en ti. Otra versión dice:

Ama al Señor con ternura, y él cumplirá tus deseos más. (DHH)

Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más deseas. (TLA)

Conclusión: ¿quiere conquistar este nuevo año?, olvídese de todo lo que ha vivido anteriormente. olvídese de las limitaciones humanas, sueñe en grande, ríndase y déjese conquistar por el Todopoderoso y verá que todo saldrá bien aunque vengan las dificultades (enemigos), Él los esparcirá y llegará a lugares inimaginables. ¡Créale, amelo y no se resista a Dios, deje que Él lo conquiste!

Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste.

Jeremías 20:7 (RVR60)

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