viernes, 27 de noviembre de 2015

El Arca subestimada

Estaba pensando en el momento cuando Israel fue a luchar contra los filisteos. Por un lado fue algo espectacular y por el otro triste. De un lado tenemos a Israel preguntándose por que están perdiendo la batalla. Se habían cansado de pelear y ganar batallas y en ésta estaban perdiendo. Cuando se dieron cuenta de que se habían olvidado de llevar a la guerra el Arca del Pacto (la Presencia de Dios) fueron a buscarla. Lo que sucede al momento de que ambos ejércitos se dan cuenta de la llegada del Arca, es impresionante. Esta fue la reacción de Israel:


 Aconteció que cuando el arca del pacto de Jehová llegó al campamento, todo Israel gritó con tan gran júbilo que la tierra tembló. 1 Samuel 4:5  (RVR)

¡Increíble! Su grito fue tan grande que hasta la tierra tembló. En sus mentes sabían que la batalla estaba ganada. No había pueblo que pudiese vencerlos cuando Dios mismo peleaba por ellos... pero esta vez no contaban con algo, un pequeño que más que pequeño enorme, gigantezco detalle: el arca venia en camino pero sin Dios. 
Del otro lado de la historia estaban los filisteos. Estaban venciendo en la batalla y cuando se enteraron que el Arca estaba llegando se asustaron. Ellos sabían quien era Dios y lo que había hecho en Egipto. Esta fue la reacción de los filisteos: 


«¡Estamos perdidos! ¡Dios ha llegado al campamento israelita! ¡Esto nunca nos había pasado! Nadie podrá salvarnos de ese Dios tan poderoso. Es el Dios que destruyó en el desierto a los egipcios con toda clase de terribles castigos».
Y otros gritaban:
«Filisteos, ¡no se desanimen! Sean valientes. De lo contrario, los israelitas dejarán de servirnos y nosotros pasaremos a ser sus esclavos. ¡Peleen como hombres!»

Una historia, dos pueblos y un vencedor. Los filisteos atacaron otra vez y destrozaron a los israelitas. 30.000 personas murieron por los filisteos. Me preguntaba si los israelitas sabían quién era Dios o solamente los filisteos lo sabían. Es triste ver como por no conocer a Dios termina un pueblo destruido. Dios era el Dios de Israel y no de Filistea pero algo extraño ocurrió. Filistea conocía quien era el Dios de Israel pero no le servía, ni obedecía ni nada. ¿Como puede ser que los Filisteos (los no cristianos) conozcan más de Dios que los mismos Israelitas (cristianos)?

Cuando me acordaba de esta historia, pensaba que aveces nosotros hacemos los mismo. Descuidamos el Arca (la Presencia de Dios) en nuestras vidas y terminamos estando vacíos. Vacíos por dentro pero llenos por fuera. Nuestra vida suele ser como el Arca, una vez llena con poder y esplendor y otras veces como un recuerdo. Vivimos con revelaciones viejas, cosas que en algún momento Dios nos las enseñó y nos sirven pero no se puede vivir de una experiencia, revelación o espiritualidad sin renovación. 

La razón por la que Dios no peleó con los israelitas era porque no obedecían sus mandamientos. No existía una relación. Eran solo eso, glorias pasadas. Los filisteos sabían sobre esas glorias pasadas pero pensaron que seguirían haciendo proezas por eso fue que se asustaron tanto. Creyeron que la relación con Dios era la misma que la que tenían cuando sucedieron las cosas en Egipto. Como será que hasta pensaron que los iban a hacer esclavos.
Esto nos lleva a que: El enemigo sabe quien es Dios y sabe quienes somos nosotros. El enemigo le teme a Dios pero por lo visto no a nosotros. La única forma que tema de nosotros es teniendo a Dios. Acá se cumple otra vez la regla: Dios sin vos sigue siendo Dios. Vos sin Dios sigues siendo nada.

Cuando el pueblo de Isreal envió a sus doce espías a reconocer Canaán y solo Josué y Caleb creyeron en poder conquistarla, Dios se enojó con Israel y los mandó al desierto otra vez pero el pueblo hizo esto: 



Después, cuando Moisés comunicó las palabras del Señor a todos los israelitas, se llenaron de profundo dolor. Así que a la mañana siguiente se levantaron temprano y subieron a la parte alta de las colinas. «¡Vamos! —dijeron—. Reconocemos que hemos pecado, pero ahora estamos listos para entrar a la tierra que el Señor nos prometió».

Pero Moisés les dijo: «¿Por qué desobedecen ahora las órdenes del Señor de volver al desierto? No les dará resultado. No suban ahora a la tierra. Lo único que sucederá es que sus enemigos los aplastarán porque el Señor no está con ustedes. Cuando enfrenten a los amalecitas y a los cananeos en batalla, serán masacrados. El Señor los abandonará porque ustedes abandonaron al Señor».



Sin embargo, el pueblo avanzó con insolencia hacia la zona montañosa, aunque ni Moisés ni el arca del pacto del Señor salieron del campamento. 45 Entonces los amalecitas y los cananeos que vivían en las montañas descendieron, los atacaron y los vencieron, haciéndolos huir hasta Horma.
Números 14:39-45 (NTV)
Otra vez la situación es parecida. Prácticamente me atrevería  decir que es la misma. Israel sin Dios peleando la batalla. ¿Por qué nos empecinamos a pelear en lugares donde Dios no está con nosotros?. ¿Por qué creemos que como Dios nos ayudó una vez tiene la obligación de ayudarnos?. 
En esto pensaba, quizás el problema no es que Dios no nos dé lo que pedimos como por ejemplo a los israelitas ganar esa batalla contra los filisteos o contra los cananeos. Quizás el problema es que Dios esta esperando que nosotros le demos algo a Él. Si seguimos con el ejemplo, que tal un poco de obediencia. Dios dio solamente 10 mandamientos y en ninguno de esos dice que nos tiene que dar cosas. No hay ningun mandamiento (salvo el de honrar a los padres) con promesas de que Él nos va a dar algo. Si fuese así, la gente cumpliría los mandamientos por las cosas y no por amor a Dios, lo cual nos convertiría en religiosos. El Señor no es Santa Claus. No es que nosotros pedimos y recibimos. Así dijo Jesús: 

Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.
Mateo 6:33 (NTV)

(Aclaro que hay un versículo que dice "pedid y se os dará" y lo que estoy por escribir se aplica a ese también)

Cuando una persona tiene Presencia de Dios en su vida pero no como una huella sino Presencia fresca, esa persona recibe y hasta recibe más de lo que pide. Esa Arca de Israel era solo un arca, no tenía nada de especial, era solamente un cofre. Lo que la hacía especial era que Dios estaba en ella. Hay dos graves problemas con la Presencia, uno es creer que estará en el mismo lugar si no se le obedece y el otro es pensar que es buena para todos.

Los filisteos se llevaron el arca a su tierra y terminaron destruidos porque Dios nunca va a habitar donde no se le honra, ni obedece, ni adora. Lo Santo y lo profano jamás habitaran junto. Por eso es que Filistea pereció y la casa de Obed Edom prospero a tal punto de que no querían que se fuese de su casa. De más esa decir éste ejemplo que cuando Uza, un israelita, tocó el arca cayó fulminado. Otra vez se cumple el mismo "protocolo", no se puede subestimar a Dios. Dios es Santo y habita donde hay santidad. Si amáramos a Dios con toda nuestra alma, mente, corazón y todas nuestra fuerzas, nuestras vidas serían distintas. No vayamos donde no se nos ha dicho porque iremos sin Su Presencia. No peleemos donde Dios no va a estar. Démosle lo que se merece y Él nos dará lo que nos merecemos.

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