jueves, 20 de diciembre de 2012

Ser cristiano


Se dicen muchas cosas de como debe comportarse un cristiano. Sólo lo voy a resumirlo en dos versículos bíblicos. Están en la versión Nueva Traducción Viviente. Cada uno saque sus propias conclusiones.

Deuteronomio 30:11-20 (NTV)


El mandato que te entrego hoy no es demasiado difícil de entender ni está fuera de tu alcance. No está guardado en los cielos, tan distante para que tengas que preguntar: “¿Quién subirá al cielo y lo bajará para que podamos oírlo y obedecer?”. Tampoco está guardado más allá del mar, tan lejos para que tengas que preguntar: “¿Quién cruzará el mar y lo traerá para que podamos oírlo y obedecer?”. Por el contrario, el mensaje está muy al alcance de la mano; está en tus labios y en tu corazón para que puedas obedecerlo.

»¡Ahora escucha! En este día, te doy a elegir entre la vida y la muerte, entre la prosperidad y la calamidad. Pues hoy te ordeno que ames al Señor tu Dios y cumplas sus mandatos, decretos y ordenanzas andando en sus caminos. Si lo haces, vivirás y te multiplicarás, y el Señor tu Dios te bendecirá a ti y también a la tierra donde estás a punto de entrar y que vas a poseer.

»Sin embargo, si tu corazón se aparta y te niegas a escuchar, y si te dejas llevar a servir y rendir culto a otros dioses, entonces te advierto desde ya que sin duda serás destruido. No tendrás una buena y larga vida en la tierra que ocuparás al cruzar el Jordán.

»Hoy te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre bendiciones y maldiciones. Ahora pongo al cielo y a la tierra como testigos de la decisión que tomes. ¡Ay, si eligieras la vida, para que tú y tus descendientes puedan vivir! Puedes elegir esa opción al amar, al obedecer y al comprometerte firmemente con el Señor tu Dios. Esa es la clave para tu vida. Y si amas y obedeces al Señor, vivirás por muchos años en la tierra que el Señor juró dar a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob».

Marcos 12:29 (NTV)

El mandamiento más importante es: “¡Escucha, oh Israel! El Señor nuestro Dios es el único Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”  El segundo es igualmente importante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Ningún otro mandamiento es más importante que éstos.


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