miércoles, 25 de septiembre de 2013

¿A qué vamos a la iglesia?

Me preguntaba, ¿A qué asiste una persona a la iglesia (templo)?; ¿Cuál es su motivación?.

Algunos se congregan por obligación de sus padres, esposa/o o cualquier parentesco familiar. Otros porque su amiga/o esta en ese lugar, es un punto de reunión para pasar tiempo y conseguir novia/o. Hay otro grupo de gente que va porque lo invitaron, le gustó y siguió congregándose. Algunos asisten porque cumplen una función, un servicio a Dios, como ujier, líder, equipo de sonido y multimedia, danza entre otros. Existe otro grupo de personas que asiste a buscar una solución a sus problemas, ya sean personales o familiares, como sanidades y prosperidad económica. Entre tantos que asisten están los que van a adorar y exaltar el nombre de Dios y a escuchar una palabra de Su parte. Esto es sólo un pantallazo general de algunos grupos que asisten a la iglesia. Seguramente con alguno nos habremos identificado, al punto que quiero llegar es que cualquier ser humano puede visitar una iglesia y no significa que por el hecho de congregarse va a convertirse en Cristiano. Una frase dice: "en la viña del Señor hay de todo", pues claro que sí pero no significa que todos vayan a irse con Él cuando regrese.

A la Casa de Dios se asiste a adorarlo, bendecirlo, presentar nuestras ofrendas de gratitud, tener comunión con los demás hermanos, aprender de Su palabra, llenarnos de Su presencia; es un culto, una celebración hacia Él. No interesa quién está a mi lado, tampoco quién está dirigiendo la alabanza, ni quién subió a la plataforma a decir algo ni mucho el predicador... ¡Toda la atención debe ser Dios!.
Imagina que te invitan a una fiesta de cumpleaños, lo primero que haces es prepararte: bañarte, cambiarte, perfumarte, peinarte, ¡siempre bien presentable!. No irías a una fiesta con tu peor vestimenta o con algún aroma desagradable que emane tu cuerpo. Llegas al lugar de la fiesta, saludas al cumpleañero y si llevaste algún presente se lo entregas. Compartis con todos algún aperitivo e incluso hasta bailamos con el cumpleañero. La persona más importante a pesar de todo es quien te invitó. Al momento de soplar las velas de la torta, ¿quién es el que las sopla?... Respuesta fácil, el cumpleañero. Imagina que en vez de soplarla él, la soplase un invitado, ¡todos se disgustarían!, ¡la fiesta es en honor al cumplañero, otra persona no puede ocupar su lugar!.
De la misma manera sucede en el culto a Dios, hacemos que los presentes y el soplo de velas sea para los invitados (amigos, servidores, predicador, nuestra petición y solución de problemas) y no para Él. Replanteemos nuestra motivación, si buscamos a Dios, todo lo demás se soluciona.

Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.
                   Mateo 6;33 (NTV)

Si va al templo por obligación, tenga respeto porque es la Casa de Dios.
Si va porque tiene un amigo/a o un novio/a, hable con él/ella antes de que comience el culto o cuando finalice.
Si va porque ejerce alguna función, no se olvide que también debe participar de la reunión. Ejercer un servicio a Dios y no estar participando del culto se llama trabajo y no servicio.
Si va porque se siente cómodo o le gusto, enfóquese en Dios y no en como se siente.

Recuerde siempre que Dios no es un Dios de fin de semana, debe buscarlo y tener comunión con él todos los días. La razón por la cual hay muchos cristianos que no se comportan como tal, es por la falta de comunión con el Señor. Deberia avergonzarnos llamarnos Cristianos y ser uno más de la lista de los que no saben a que asisten al templo y mucho más por dentro del mismo comportarnos bien y al salir hacer lo que sabemos que está mal. Repito, tu vida no es sólo en el templo un fin de semana, tu vida es todo los días, en el colegio, universidad, trabajo, casa, incluso lo es en tu twitter y tu facebook. Tu vida es cuando aparentemente nadie te ve y cuando todos están observándote.
No seamos "calientabancas", esa clase de gente que va los sábados o domingos a calentar una silla en el templo y luego irse y seguir todo igual hasta el próximo fin de semana. Es preferible no llamarse Cristiano a deshonrar ése nombre. Marquemos la diferencia, demostrando que si somos Cristianos y no porque somos un día y al otro no. Cuide su vocabulario, sea sabio. Dios lo ama pero no quiere verlo siendo un tibio, ¡ánimo! Éste no es el final, es el comienzo de algo glorioso.

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