martes, 5 de noviembre de 2013

Prioridades equivocadas

Todo tiene su tiempo y todo tiene su lugar. El día tiene veinticuatro horas, según los expertos, los hombres tienen ocho horas para trabajar, ocho horas para dormir y ocho horas que deben ser para su recreación y para ellos mismos.

Hubo un hombre en la Biblia que, por decirlo de algún modo, era el Cristiano perfecto. Él obedecia todos los mandamientos desde su juventud y quería ser seguidor de Jesús, entonces Jesús le dijo:

"Hay una cosa que todavía no has hecho. Vende todas tus posesiones y entrega el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Después ven y sígueme."  Lucas 18:22 (NTV)

La historia termina diciendo: el hombre se puso triste pues era rico. En otras palabras, su prioridad no era Dios. Había obedecido todos los mandamientos menos uno: no hacer ídolos.
Las cosas que más cuestan dejar son las que más amamos porque estamos ligadas a ellas. Son nuestra prioridad y lo que más importa. Si Dios no tiene el primer lugar en su vida, usted tiene ídolos. La RAE define ídolo de la siguiente manera: "Imagen a la que se adora y rinde culto como una divinidad en sí, y no como una representación de ella". Ustedes dirán, "yo no rindo culto a nadie que no sea Dios, no tengo una escultura tallada", bueno la segunda definición de ídolo es "persona o cosa a la que se ama y admira en exceso". Un ídolo puede ser un amigo, un familiar (padre, madre, hermano, hijo, esposo, esposa, etc), un equipo de futbol, una red social, una adicción, dinero, fama y todo aquello a lo que se ame más que al Señor. Si hay algo o alguien en su vida que ocupa el primer lugar y no es el Todopoderoso, usted tiene un ídolo.
Se trata de prioridades. Por ejemplo, los días domingos solemos asistir a la Casa de Dios. Cada uno debe administrar su tiempo y congregarse, por ese motivo suele haber un culto a la mañana y otro a la tarde. Si usted sabe que su equipo de fútbol, el cual admira apasionadamente tiene un partido a la tarde, vaya a la mañana y viceversa. Eso demuestra su prioridad, primero Dios y después lo demás. Ahora, si usted no asiste al culto porque juega su equipo y no le interesa cambiar el horario de reunión o elegir a Dios en vez del partido, usted tiene un ídolo.
Al despertarse por la mañana lo primero que usted hace es prender el televisor o la computadora, usted tiene un ídolo.
Habla demasiado por cualquier medio pidiendo consejos a su amiga/o en vez de pedírselo a Dios, usted tiene un ídolo.
Se preocupa mucho por el bienestar de su hijo estando en todo momento pendiente de él sobre lo que hizo o no hizo, si sonrió o no, usted tiene un ídolo.
Si al escuchar o hablar de Dios usted no se entusiasma de la misma manera como lo hace con cualquier otra cosa, le aseguro que usted tiene un ídolo.

Al principio hablabamos del día y del tiempo, habiéndo leído todo esto: ¿cuantos minutos le dedicamos a Dios en el día?, ¿pasa más tiempo haciendo y/o pensando en otra cosa que no sea el Señor?. ¿Le dedicamos cinco minutos?, ¿veinte minutos?. ¿Cree que pedir media hora sería demasiado?, bueno si observamos bien, el diezmo de un día es dos horas y cuarenta minutos... ¿Cuánto está dispuesto a dar por su Señor y Salvador?.
Sacrificio es sinónimo de amor, es algo doloroso al momento de realizarlo pero su final es glorioso.
Hay cosas que quitar o sacrificar, hay que vender nuestras posesiones y seguir a Jesús. Hay que poner en orden las prioridades. Si usted hace del Todopoderoso su primer lugar, su prioridad, su tiempo, su todo, le aseguro que va a encontrar más satisfacción y alegría que lo que esos pequeños ídolos le estaban dando.

Jesús le respondió: —El primer mandamiento, y el más importante, es el que dice así: “Ama a tu Dios con todo lo que piensas y con todo lo que eres.” San Mateo 22:37 (TLA)

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