viernes, 15 de febrero de 2013

Límite, todo tiene un límite

Existe un límite en toda situación. Es un corte, final, quiebre en el tiempo. Una persona que no tiene límites es una persona sin carácter. Se puede aceptar una circunstancia adversa, ¿quién no lo ha hecho?,el problema surge cuando se acepta la misma situación una y otra vez. Son tantas las ocasiones para decir no, que por temor o incredulidad decimos sí a la misma cosa por años. Ningún ser humano tiene la capacidad de ser ilimitado metalmente, llega un punto en que necesitamos descansar. Es como trabajar, uno no puede estar las 24hs del día trabajando sin parar, por eso existen los descansos, para despejar nuestra mente y renovar fuerzas ingiriendo alimentos. Las personas que pasan demasiado tiempo en el trabajo terminan estresados. Una vez se puede trabajar 20 hs pero hacerlo todos los dias consecutivamente lleva a un cansancio y desgano inminente. De la misma manera toda actividad o situación contraria que sea de manera continua o repetida lleva a una insatisfacción total del individuo.
Aprender a respetar nuestros límites es aprender a amarnos a nosotros mismos. Conocer cuales son nuestros límites es una tarea que requiere tiempo y determinación. Todos conocemos nuestro límite en la manera que comenzamos a rechazar invitaciones, conversaciones, actitudes, acciones, relaciones y otras tantas cosas que nos incomodan o generan rechazo. Solemos aceptar las disculpas de la gente, no somos todos perfectos, cometemos errores y eso genera que las personas pidan disculpa porque se dan cuenta de que obraron de manera incorrecta. Ahora, cuando la disculpa proviene por la misma situación y de la misma persona reiteradas veces se torna un poco más complicado aceptarselas porque molesta que vengan siempre con lo mismo y no cambien. Por ejemplo, una vez el empleador puede aceptar que su empleado llegue impuntual al trabajo, cuando son dos veces se le llama la atención, cuando son 3 veces tenes dos opciones: aceptas su disculpa con molestia o le das de baja. Generalmente la mayoría de las personas optan por retener a la persona porque no tienen las agallas suficiente para darle un corte en su vida. De esta manera el empleado continua asistiendo tarde y el jefe continua aceptando disculpas indignadamente debido a que no es capaz de poner límites e imponer su carácter.
Decir sí cuando en realidad todo tu ser dice no conlleva consecuencias personales y tambien afecta a los seres con quienes nos relacionamos. Si hoy yo digo sí a un cigarrillo cuando mi mente dice que no, me siento decepcionado de mi mismo por no respetarme. Si acepto un cigarro por segunda vez, además de estar decepcionado me frustro. Nadie va a darle fin a mis decisiones mas que yo mismo. Los limites son personales. Algunos soportan más y otros menos. De acuerdo al grado de amor que te tengas vas a saber reconocer cuando es tiempo de darle fin a esa situación.
Un individuo que no tiene límites es inestable metal y emocionalmente. No se puede vivir negandose a sus convicciones. Es hora de demostrar nuestro carácter. Que nuestro sí sea si y nuestro no sea no. No dejemos que él temor cobre terreno. Recuerda que mientras mayor sea la demora, la agonía se torna más intensa.

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